ARTE Y PUBLICO
Por Raquel Tibol
1974
Durante mas de un mes se han mostrado en la galería del sótano de La Casa del Lago de la UNAM 40oleos y 11 tintas de Anamario Pinto (24 años) que nos hicieron recordar lasprimeras presentaciones, hace veinte años,, de los cuadros de Lucinda Urrutia en la galería Lola Álvarez Bravo tenia por las calles de Amberes.
También pensamos que estas obras de pequeño formato poseían algo de encanto de los pasteles casi diminutos que Joy Laville presentó en la galería de las hermanas Pecanins habían abierto hacia 1966 en las calles de Florencia. El denominador común no era el “toque femenino” (tan combatido por las artistas que militan en el Women’s Lib) , pues tanto los cuadros tempranos de Lucinda Urrusti como esta recienteserie de Anamario Pinto abordaban el objeto dentro de una atmosfera poética , sutil y melancólica que caracterizo las composiciones del Italiano Giorgio Morandimuerto en 1964, tres anos antes de que Anamario (hija del Arquitecto Agustin Hernandez y sobrina de Amalia) tomara sus primeras clases con Robin Bond , su único y pasajero perceptor en arte.
Pero esta joven ue posee un sentido o voluntad de estilo que se da con mas frecuencia en quienes nacen y se desarrollan en un medio con tradiciones culturales, le ocurrió algo quelas radicales del Women’s Lib deben de tomar en cuenta. Los apremios de su primera exposición individual (antes un cuadro suyo había estado catalogado bastante tiempo en la galería Arvil y había participado con dos obritas en una colectiva de La Casa del Lago) pusieron en peligro su embarazo. Aunque muchos hombres digan que una exhibición es como un parto, a ninguno le ocurrirá que el ser que se desarrolla en sus entrañas se revuelva de celos exigiendo su derecho a la tranquilidad. Y en este caso la tranquilidad resulta un valor paradójicoporque es la cualidad que prepondera en los cuadros de Anamario.
Floreros con espigas y flores muy sencillas, vasos, botellas, espigas, nichos, cajas, frutas y verduras, alguna mesa, alguna ventana, alguna alacena. La disposición de las partes oscila entre la ingenuidad y el ensueño. Exagerado seria decir que entre estos objetos cotidianos, domésticos se juegan intensiones metafísicas .Pero el clima que preponderan estas composiciones, la prolija labor de transparencias, la materia tenue, los colores muy suaves calibrados con una delicadeza significante, permiten suponer que esta joven pintora puede evolucionar prontamente hacia una expresión mas compleja. Cabe advertir que Morandi no es por de pronto pintor de sus preferencias.